¿Quién era Kircher?


ATHANASIUS KIRCHER fue un sabio jesuita alemán que representó el espíritu científico del siglo XVII. Nació en Geisa (Alemania) en 1602. Profesor de filosofía, matemáticas y lenguas orientales, se interesó por los más diversos temas del saber de su tiempo.

Fue el inventor de la linterna mágica, cartografió la Luna, las manchas solares y las corrientes marinas, ofreció hipótesis para interpretar la estructura interna de nuestro planeta, investigó el Vesubio descolgándose por su cráter, trató de descifrar los jeroglíficos egipcios, realizó experimentos de física y fisiología animal, observó la sangre al microscopio e inventó un sinnúmero de artilugios mecánicos.

Junto con Plinio, constituye el paradigma de la curiosidad científica y del gusto por el conocimiento, en cualquiera de sus formas.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Un microscopio del XIX



Lo encontré en la vitrina de un anticuario, cerca de Lisboa, en una ciudad llamada Sintra. Dispone sólo de un único objetivo y carece, como los primeros microscopios, de tornillo de enfoque. Así que para lograr una imagen nítida hay que deslizar el tubo manualmente a través de una argolla hasta conseguir el mejor enfoque que nuestra habilidad permita.

Dispone también de una pequeña lupa articulada para observar cuerpos no transparentes, bien a través de la propia lupa, o, mejor aún, a través del microscopio, utilizando la lupa para concentrar los rayos luminosos allí donde interese.

Tenía el aspecto inconfundible de los microscopios del siglo XIX. Pero, sobre todo, tenía un precio más que razonable, así que lo compré y lo tengo ahora aquí delante, mientras escribo este post. Es una pieza muy bonita. Bastó limpiarlo y aceitarlo un poco , porque las lentes del ocular y el objetivo estaban en perfecto estado, de modo que puede usarse todavía sin problemas con el fin para el que fue fabricado.

Un coleccionista californiano, me dice que tiene uno muy parecido y que podría ser de procedencia francesa. Lo data incluso entre 1860 y 1880. Pero, por más que he buscado, no he logrado encontrar ninguna inscripción grabada que permita conocer más datos sobre su fabricación. Este detalle hace pensar que pudo ser fabricado con fines exclusivamente docentes.

Así que el pobre vino desde Francia, viviría momentos excitantes de investigación y estudio en Portugal, durmió luego en algún lote de anticuario, como parte de los cachivaches de un bisabuelo médico de los que alguna familia portuguesa se deshizo un día. Hoy lo guardo en la vitrina de las curiosidades, junto a un pez globo, una vértebra de delfín, y algunos viejos tarros de laboratorio de hermoso color ámbar. Quién sabe si todavía no terminó su transhumancia.

Agradezco mucho a los profesores Paco Herrera, José Manuel Blanco y José L. Fresquet sus orientaciones sobre la datación de esta pequeña pieza de museo. Y al coleccionista californiano, señor Blankenhorn, que dispone en su web de una buena colección de imágenes de microscopios históricos. Obrigado também ao sehor Cláudio Nuno, proprietário da Loja "La Lanterna Mágica" em Sintra, per as suas informaçoes.

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